Twitter se ha convertido en una especie de monstruo monopolista. Lo quiere absorber todo como si fuera el dueño de la información en internet. Pero no lo es.
En su principio, a Twitter se le llamaba ‘microblog’ pues su capacidad de texto era de 140 palabras, y servía para compartir cortos pensamientos. Y no daba para mucho más. Y, justo eso es lo que me atrajo de Twitter y lo que hizo que me gustara más que Facebook. Porque si quiero leer parrafadas, leo un libro o un post de un blog.
Sin embargo, desde que ampliaron su capacidad de texto a 280 palabras han aparecido los listillos del ‘abro hilo’, es decir, encadenar mensajes para explicar un tema. Pues, lo siento, pero Twitter no está diseñado para eso. Porque Twitter no es Facebook y no es un blog.
No hay nada más horrible que leer un texto largo saltando de mensaje en mensaje, con sus respectivas foticos y respuestas. Creo que esto ocurre porque hay gente que cree que Twitter es el súmum de la comunicación y que no hay que sacar al lector de dicho medio para no perder transcendencia tuitera. Menudo palo.
Esa gente está atrapada en un servicio que no es su amigo. Twitter está constantemente monitoreando cada palabra para expulsar a quienes no se amolden a su dictadura ideológica. Por eso, es mucho mejor tener un lugar propio, como un blog, donde poder escribir con descuido y sin apenas límites. Y usar Twitter sólo como aviso de la publicación.
Ninguna ‘red social’ es internet, y algunos parece que se han olvidado.
Llevo sobreviviendo en Twitter desde abril del 2009 y éste es un consejo de un veterano.
Nota: Si lo he reconfigurado bien, este texto aparecerá en mi blog personal (jmgoig punto org) y no en Crónicas Subterráneas.
Escrito primero en Caos y desorden https://bit.ly/385plpa
Crónicas Subterráneas 